Santiago Jorge PARICIO MARTÍN
sparicio@gmail.com
Definamos la literatura como el principal exponente artístico de la facultad del lenguaje. Esta idea nos lleva, como mínimo, –siempre en términos chomskyanos– a proponer que el desarrollo de algún tipo de manifestación literaria puede ser común a todos los seres humanos y, además, está sujeto a la herramienta que dicha facultad nos brinda y sobre la que se proyecta: una determinada lengua.
El aragonés, como el resto de lenguas naturales, ha tenido cultivo literario desde sus orígenes hasta la actualidad. En el presente artículo daremos un somero repaso por todas las etapas por las que ha pasado y llegaremos hasta su situación actual. Atenderemos a la oralidad y la escritura, a los dialectos y la actual propuesta de estándar y, en fin, a alguna de las nuevas figuras que están empezando a surgir dentro de sus escritores.
sparicio@gmail.com
Definamos la literatura como el principal exponente artístico de la facultad del lenguaje. Esta idea nos lleva, como mínimo, –siempre en términos chomskyanos– a proponer que el desarrollo de algún tipo de manifestación literaria puede ser común a todos los seres humanos y, además, está sujeto a la herramienta que dicha facultad nos brinda y sobre la que se proyecta: una determinada lengua.
El aragonés, como el resto de lenguas naturales, ha tenido cultivo literario desde sus orígenes hasta la actualidad. En el presente artículo daremos un somero repaso por todas las etapas por las que ha pasado y llegaremos hasta su situación actual. Atenderemos a la oralidad y la escritura, a los dialectos y la actual propuesta de estándar y, en fin, a alguna de las nuevas figuras que están empezando a surgir dentro de sus escritores.

Tras los primeros textos de filiación aragonesa: las denominadas glosas Emilianenses y Silenses (s. XI), los siguientes documentos plenamente romances aparecerán desarrollados en el s. XIII. Documentos notariales, cancillerescos o literarios serán escritos en aragonés tanto en el mismo Reino como dentro de la Corona de Aragón y fuera de sus fronteras durante toda la Edad Media. Así, aragonés, catalán y latín fueron las lenguas usadas oficialmente tanto para uso interno de la Corona como para relaciones internacionales. Además de la literatura oral que debió existir y de la cual se conservan algunas muestras de géneros menores como refranes, y de la gran influencia e importancia de la poesía trovadoresca occitana en occitano (con una base poblacional considerable en Aragón), existen ejemplos de poesía en aragonés tanto en cancioneros como en poemas aislados dentro de libros de cuentas. Por otra parte, se debe citar una importante colección de cantares de gesta, así como de textos fronterizos en una mezcla de castellano y aragonés. Y, finalmente, hubo una riquísima producción de judíos y musulmanes que, incluso después de su expulsión y diáspora, seguirían utilizando el aragonés en sus escritos hasta el s. XVII.

Johan Ferrández d’Heredia, gran maestre de la Orden del Hospital de San Juan de Jerusalén.
Pero, sin duda, el autor más influyente, conocido e importante de toda la Edad Media fue Johan Ferrández d’Heredia (Munébrega (Z.) ¿1310? - Avignon 1396). Alcanzó el prestigioso y máximo puesto como gran maestre de la Orden de San Juan de Jerusalén. Además, fue aliado del Papado (entre ellos, del también aragonés Benedicto XIII “Papa Luna”) y de los reyes de Aragón (Pedro IV y Juan I). El gran maestre era, pues, una de las personas más poderosas de toda la Europa de su época. Su labor con el aragonés fue ingente: creó un escritorio en Avignon donde se tradujeron y compilaron multitud de obras clásicas al aragonés. Aun así, quizá una de las cosas más reseñables sea su verdadera intención de escribir en esta lengua, pues, aunque en su scriptorium se reunieron traductores de diferentes lenguas y el proceso de traducción era complejísimo, la voluntad de Johan Ferrández d’Heredia era, a pesar de las dificultades, que su obra se hiciese en lengua aragonesa: “Encomiença el libro de Paulo Orosio, recontador de ystorias, sacado de latín en lengua aragonesa por mandamiento del muyt reverent in Christo, padre e senyor, don fray Johan Ferrandez de Heredia, Maestre de la orden del Hospital de San Johan de Jerusalem”.
Tras un gran silencio de las letras aragonesas durante todo el siglo XVI en el que comenzó la castellanización del territorio histórico de dicha lengua (principalmente casi todo Aragón, la Navarra romance y parte de Valencia), en el siglo XVII resurgió la literatura en aragonés con escasas pero importantes figuras tanto desde Zaragoza como desde el norte de Aragón. De todas ellas, la crítica ha destacado a Ana Francisca Abarca de Bolea (Zaragoza ¿1602? - Casbas (H.) 1685), abadesa del monasterio de Santa María de la villa de Casbas. Estuvo inmersa en los principales movimientos culturales aragoneses y, en especial, en círculo de escritores encabezado por V. J. Lastanosa. De su obra resaltan las composiciones poéticas en aragonés imitando la moda sayaguesa.
Aun con todo, sería muy interesante investigar más y mejor el caso de la capital aragonesa, no sólo por su relevancia sino porque probablemente se encuentren más textos y autores en aragonés de los que hasta ahora han aparecido.

Danzantes de Almudévar en la Exposición Internacional de Barcelona (1929). Fuente: GEA Online.
El siglo XVIII será el siglo del que nos lleguen las primeras muestras de tradición popular en aragonés; en especial, el dance. Tiene su origen en el s. XVII, pero es en el XVIII cuando comienza a cobrar más fuerza y su estructura se va fijando. Así, queda dividido en partes variables de las que nos interesa la Pastorada, por ser la que mejor refleja el lenguaje del pueblo. En ella, un mayoral y un repatán o rabadán, dialogan sobre temas de la actualidad y tópicos relacionados con cada uno de los personajes. Los dances, como una de las manifestaciones aragonesas más importantes, se han mantenido hasta la actualidad; y es en los últimos años cuando vuelven a representarse con más fuerza por Aragón. Además, algunos siguen siendo escenificados en aragonés.
Finalmente, de este siglo proviene el romance más conocido de todo el norte de Aragón con diferentes versiones: el Romance de Marichuana, donde se narra el viaje de un joven desde el Pirineo a la Tierra Plana para casarse con una muchacha.
Durante el s. XIX y los tres primeros cuartos del XX se verá un renacimiento de la literatura en aragonés gracias a los movimientos de recuperación de lo popular y costumbrista que afectarán a la cultura europea. En el XIX aparecen los primeros autores modernos que asentarán las bases de los dos polos literarios que tirarán de las riendas del aragonés dialectal hasta la actualidad: el valle de Hecho y la Ribagorza. A ellos es necesario añadir el caso de Braulio Foz y su Pedro Saputo (1844), una de las mejores obras de su época según la crítica y una de las joyas de la literatura aragonesa. En el s. XX se desarrolla la literatura del aragonés desde varios flancos pero siempre vinculada a la oralidad: los dos señalados anteriormente con una escuela muy marcada –destacan Domingo Miral, Veremundo Méndez y Xusep Coarasa desde Hecho; y Cleto Torrodellas, Tonón de Baldomera y Pablo Recio por Ribagorza–, y otros territorios con autores aislados en los somontanos o los valles de Bielsa y Chistau. La literatura será, pues, una manifestación rural que sólo en contados casos tiene espíritu de universalidad y donde la poesía es el género más utilizado.
El último cuarto del siglo XX supone un cambio radical del panorama literario del aragonés. Si bien la lengua comienza a languidecer, se da un cambio en la sociedad aragonesa, pues empieza a sentirse un nuevo y renovado interés por lo propio y, en consecuencia, una revalorización de los dialectos. Sus temas serán locales, aún muy influenciados por la oralidad y, en algunos casos, impulsados también por el estándar. Autores como María Victoria Nicolás, Rosario Ustáriz, José Lera o Juan José Lagraba en Hecho; Lucía Dueso en Chistau; Juana Coscujuela en el Somontano de Barbastro, Bienvenido Mascaray en la Ribagorza media y José María Ferrer y José Sanmartín en la alta Ribagorza, etc. A todo ello habrá que añadirle un hecho definitivo que tendrá repercusiones importantísimas: el nacimiento de un movimiento unionista que promoverá el estándar supradialectal con el que, desde los años setenta, se irá creando una nueva producción literaria desde las zonas urbanas. Entre estos primeros autores en un modelo inicial de estándar están Ángel Conte, Francho Nagore y Eduardo Vicente de Vera. El primero será el que mayor importancia tendrá hasta la actualidad, despuntando como una de las figuras literarias no sólo del aragonés sino de la literatura aragonesa.

Logotipo de Chuntos por l’aragonés, organización que realizó el “II Congreso de l’Aragonés” en el que se creó la actual Academia del Aragonés.
Finalmente, el panorama que existe en la actualidad es bastante amplio y esperanzador dentro de lo que se puede esperar. La nómina de escritores va aumentando así como la calidad literaria y lingüística. En las zonas donde aún se habla aragonés se está dando un resurgir de escritores jóvenes que se preocupan por su lengua y no sólo recurren a temas tradicionales sino que beben de las corrientes actuales y están logrando una obra que amplía el horizonte temático anterior. Así, los pilares ya asentados de Hecho y Ribagorza mantienen una producción constante y editan nuevas revistas y libros que se expanden hasta la literatura infantil o fantástica; y otras zonas ven cómo van creciendo sus autores o publicaciones (Ansó, Sobrarbe, Álto Gállego…). Marta Marín, Quino Villa, José María Satué, Elena Chazal, Ana Tena Puy, Toni Collada, Juan Carlos Pueo, Carmen Castán, José Antonio Saura, Manolo Castán, Mª Ángeles Subirá y los jóvenes Sergio Mur, Óscar Lerín, Maria José Girón y una larga lista de autores y asociaciones forman parte de un amplio elenco de autores que poco a poco aportan una frescura renovada a sus diferentes variedades de aragonés. Además, por parte de la variedad estándar siempre en constante evolución, el uso de la literatura se entendió desde el principio como una forma de legitimación y apoyo al aragonés, de forma que muchas de las personas que se acercaban a ésta, con mayor o menor acierto, publicaban sus textos. Éste es un mundo en constante evolución en el que van surgiendo autores con una obra en la mayoría de los casos efímera. Su literatura será en parte diferente a la producida en el norte aragonés, pues presentará nuevos temas y sensibilidades, una constante obsesión metalingüística, la búsqueda de la pureza, etc.
Principalmente, existe una lucha entre la necesidad de reconocimiento por parte de los autores y hablantes del aragonés vivo, lo cual lleva a tratar temas tradicionales, beber de la oralidad, acercarse a la lengua natural o nadar en mitos y tópicos alto aragoneses; y por otra, una tendencia a la reivindicación de la autonomía, de modelos universales, de escape de lo anterior, la desconexión con el mundo de la oralidad que, de hecho, estos autores ya no han vivido…
Probablemente, en la actualidad estas discrepancias se estén diluyendo gracias también al desarrollo de la literatura en aragonés dialectal que permite una evolución convergente con la estándar; y, sin duda, gracias a la globalización que se está colando por cada resquicio pirenaico de forma que, si bien contribuye a la pérdida de la lengua, nivela los cánones y modelos literarios. Ambas vertientes de una misma lengua van confluyendo en temáticas y formatos. Así, el relato, la novela corta y la novela de corte histórico están cobrando gran vitalidad.
En cuanto a los métodos de publicación, si bien empiezan a aparecer editoriales en Internet, blogs literarios y novelas y revistas electrónicas, buena parte de la producción se sustenta en papel y se distribuye bien en revistas locales bien en libros colectivos con recopilaciones de relatos o novelas que, en el mejor de los casos, se pueden encontrar con relativa facilidad en Zaragoza y núcleos importantes del norte de Aragón. De todas formas, en estos últimos años está creciendo un espíritu de ilusión que, animado por la gran cantidad de premios literarios, por la creciente demanda de libros en aragonés desde los movimientos de recuperación y por un cambio social en relación con esta lengua, está haciendo que las expectativas de crecimiento y producción de nuevas obras y temáticas aún por explotar conformen un horizonte optimista al que no se tardará en llegar.
BIBLIOGRAFÍA BÁSICA
BELTRÁN, Antonio (1980): Introducción al floklore aragonés. Zaragoza: Guara.
CACHO, Juan Manuel (1997): El gran maestre Juan Fernández de Heredia. Zaragoza: Caja de Ahorros de La Inmaculada de Aragón.
CACHO, Juan Manuel (1991): Introducción a la obra literaria de Juan Fernández de Heredia. En: Aurora Egido y Tomás Buesa (coord.) I Curso sobre lengua y literatura en Aragón: (Edad Media). Zaragoza: Institución «Fernando el Católico» pags. 171-196.
CASTAÑER, Rosa Mª (2003): “Las hablas altoaragonesas a través de sus manifestaciones literarias”. En: Encuentro "Villa de Benasque" sobre Lenguas y Culturas Pirenaicas, Zaragoza: Departamento de Educación, Cultura y Deporte, pp.: 63-84
EITO, Antón (2000): “Breve acercamiento a la poesía aragonesa contemporánea”. En: Ianua. Revista Philologica Romanica. Instituto de Estudios Románicos «Romania Minor», pags. 62-72 [En línea]
GEA Online: Cf. Gran Enciclopedia Aragonesa Online [En línea]
PARICIO, Santiago y Guillermo TOMÁS (2007): “A literatura en aragonés: Materials de desembolique d'o ‘Currículo Aragonés’”. En: Ambista: Rebista de Patrimonio Cultural Aragonés (nº 2 y 3 -en imprenta-). [En línea]
PÉREZ, Antonio (2003): La literatura del reino de Aragón hasta el siglo XVI, Zaragoza: Ibercaja-Institución Fernando el Católico.
NAGORE, Francho (1986): “Literatura en aragonés de o sieglo XX”. En: Jornadas de Cultura Altoaragonesa. Huesca: Instituto de Estudios Altoaragoneses, pags. 69-106.
VICENTE, Eduardo (1992): El aragonés: Historiografía y Literatura. Zaragoza: Mira
3 comentarios:
Dica o sieglo XX d'alcuerdo, pro bueno, pero... no zitar a chen como Chuse I. Nabarro?? e zitar a Manuel Castan (q. no ha escrito literatura nunca), mete Mª Angeles Subira por Mª Jose Subira, zita a "escritoras" como Marta Marín (me puedes zitar una obra?), a Oscar Lerín, en fín y otros en unificado con obras no los zita. Y muitas cosas más q, no caben aqui. Mal o siglo XX mui mal.
Debería estar señalado como delito en el Código Penal el escribir un artículo sobre literatura y que aparezca Chomsky en cualquiera de sus líneas...
Hablaré con el Ministro de Justicia!
Fabla, muitas grazias por o tuyo comentario.
Cuanto a o quiesto Chuse Inazio Nabarro, tiens toda a razón, pero si te lo tornas a leyer, berás que d'aragonés estándar nomás he zitau en iste articlo a os tres primers autors que escribioron en a modalidat estándar, os iniziadors. A resta d'os comentaus fan parte d'a literatura en aragonés dialectal. Por ixo no he comentau o caso d'uno d'os grans escritors actuals en estándar como Chusé Inazio Nabarro, u d'atros que tamién caldría comentar-ie y que si quies los meto como una lista que, a más, ya sabes que no ye curta. La tiengo parada, no m'importa de meter-la aquí abaixo sin problema.
Cuanto a Manuel Castán, siento dezir-te que sí ha escrito literatura -cuento que relatos y cuentos han de cullir-ie-. A más, personalment, considero que ye buena y digna de reseñar ta o caso de l'aragonés benasqués.
Tiens razón en a error de Mª José, muitas grazias por a correczión.
Cuanto a Marta Marín, sí, puedo zitar-ne uno: un libro de cuentos traduzius muit interesant pa ninos en cheso: "Cuentos de siempre, acomodáus ta lo cheso", te lo recomiendo. Tamién partizipazión en a rebista local que publica l'asoziazión Bisas de lo Subordán (d'a Val d'Echo).
Óscar Lerín tamién ha escrito, en iste caso cuentos pa ninos en a rebista O Espiello, y ha trascrito as leyendas d'a suya zoza. M'interesaba nomás por o feito d'estar un autor choben, en aragonés dialectal (mezcla de belsetán y chistabín) que escribe contez aon mezcla, a más, a mitolochía aragonesa.
"y otros en unificado con obras no los zita" -> si, torno a repetir que nomás he comentau o caso d'os tres primers autors. Y me faría goyo de comentar a situazión de l'aragonés actual más profundament, por o que luego podrás beyer un articlo dedicau nomás a ixa etapa. D'acuerdo? Me pena que t'aiga pareixiu tan mal, t'animo a que en faigas tú un atro, de seguras que os autors en serán muit goyosos (y yo). En fin, espero que as tuyas opinions d'a resta de cosas que no has puesto comentar porque "no caben (sic) aquí" las faigas, pues son muit constructibas y asinas podemos charrar d'autors y d'obras que no he feito en iste breu articlo.
Querido Elros, ¡algún día superaremos juntos esa fobia a la lingüística que tienes! su aparición está fundamentada en la interesante concepción del arte -en especial, de la literatura-. S. Pinker, psico-lingüista (estaba en el MIT, ahora creo que en una universidad inglesa), lo ha estudiado en parte. ¡Un saludo muy fuerte!
Publicar un comentario